

Este jueves, varios colectivos fueron atacados con piedras en distintos puntos de la ciudad, lo que obligó a suspender el servicio de transporte público por razones de seguridad.
Aunque estaba previsto que los micros circularan con normalidad pese al tercer paro nacional convocado por la Confederación General del Trabajo (CGT), al menos 15 unidades de diferentes líneas sufrieron actos de vandalismo. La principal hipótesis indica que los ataques habrían sido organizados por sectores vinculados al sindicalismo con el objetivo de forzar la adhesión al paro.
Entre las líneas afectadas se encuentra la 319 A, que conecta con Punta Alta y también suspendió su servicio.
Este es el tercer paro general lanzado por la CGT desde la asunción de Javier Milei en diciembre de 2023. Sin embargo, la Unión Tranviarios Automotor (UTA) había decidido no sumarse a la medida de fuerza y mantener el funcionamiento habitual del transporte.
Tras los primeros episodios de violencia —que todo indica fueron coordinados—, la UTA resolvió retirar las unidades de circulación y difundió un comunicado conjunto con las empresas:
"En común acuerdo con las empresas, ante la ola de daños y vandalismo en las unidades, se paran los servicios, por seguridad de los pasajeros, choferes y los colectivos".
La situación también generó tensión en la Ciudad de Buenos Aires, donde un colectivo de la línea 269 fue atacado con piedras durante la madrugada.